lunes, 6 de julio de 2009

LAS HUELLAS DEL DELIRIO (CAPITULO CINCO-5)


En la novela salvadoreña de posguerra han cambiado tanto el tiempo como el tempo y la noción del espacio. En efecto, la concentración de la acción narrativa en períodos cortos de tiempo hace más intenso el ritmo de la trama que se desarrolla predominantemente en el espacio urbano o en los suburbios de las ciudades. Esto hace que surjan nuevos valores cronotópicos con una importancia esencial en el movimiento argumental.
En el capítulo titulado: Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela, Bajtín (1991) identifica la asimilación del tiempo y el espacio como criterio fundamental de clasificación del género novelesco. El teórico define el cronotopo como la conexión esencial de relaciones temporales y espaciales asimiladas artísticamente en la Literatura. Señala que en el cronotopo tiene lugar la unión de los elementos espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto y que determina en buena medida la imagen del hombre en la Literatura. Bajtín (1991) precisa su idea al decir que los cronotopos son centros organizadores de los principales acontecimientos argumentales de la novela y que es ahí donde se enlazan y entrelazan los nudos argumentales.
Varios estudiosos han contribuido al desarrollo de esta categoría en la línea que Bajtín trazó. Sin embargo, en esta investigación se ha tomado como guía el estudio realizado por Mitterand (s. f) quien ha sistematizado los planteamientos de Bajtín que aparecen, hasta cierto punto, dispersos en sus trabajos. Mitterand ha clasificado los cronotopos en seis niveles; a saber: Cronotopo cultural, cronotopo de género, de subgénero o de especie, de obra, temático y aspectual.
Para los objetivos de este trabajo interesan el cronotopo de subgénero o de especie y el temático. El primero es entendido como principio generador u organizador de un grupo de obras de un determinado género, comprendiendo un rasgo temporal y otro espacial (cfr. Mitterand, s.f.); el segundo se refiere a unas figuraciones temáticas de superficie o serie de motivos espacio-temporales o temas aislados que se convierten en elementos constitutivos de los motivos de las novelas. O sea que se trata de la asociación indisoluble del tiempo y el espacio con un tema o motivo novelesco que crea un valor afectivo-valorativo de carácter situacional.
Seguiremos también a Pumarejo (2003) quien establece una clasificación de los cronotopos construida sobre la base de una lectura atenta de varios urbanistas y teóricos de la posmodernidad. Esta autora define básicamente seis tipos de cronotopos:
1. Cronotopos contingentes. Definidos como el resultado de una apariencia y de una esencia de algunos lugares de la ciudad. Representan en la novela la personalidad y el sentido de la vida de los personajes; son una especie de paraterritorios o lugares de paso como bares, burdeles, baño, azotea, los cuales no tienen que ser perdurables. Aun cuando los encontremos repetidos, cada escena propone una contingencia que le da forma a las relaciones establecidas indicando que no hay nada que superar; los sujetos se identifican con este trasfondo y encuentran el arraigo abrigados por su propia condición, ellos son contingentes.
2. Cronotopos de tránsito o transterritorios. Nos permiten identificar el desplazamiento del personaje, el conocimiento y las breves estancias: Calles, rutas de buses, estaciones, aeropuertos, etc.
3. Cronotopo disciplinarios: Son las construcciones que la sociedad ha elaborado para la vigilancia y la disciplina. Para verificar a castigar la infracción a la norma. Por ejemplo, el sanatorio, el psiquiátrico, la cárcel, la delegación, son cronotopos disciplinarios.
4. Cronotopos convergentes: Son aquellos que sirven como lugares de encuentro casual, cotidiano, para afianzar la vida comunitaria. Ahí los personajes reafirman su identidad y la apropiación de los nuevos lugares de la ciudad; son lugares para el encuentro que acuña negocios, futuros intercambios, el contrabando, planificación de atracos; también para el trabajo que a diario se irá convirtiendo en una manera de vivir; lugares para enterarse, como en la barbería, el cafetín, la pupusería, la cervecería, etc.
5. Cronotopo inmóvil: Hacen que se entiendan los cambios, las rupturas, la novedad. Es el lugar de las reflexiones, representa a veces la tradición y las reglas sociales.
6. Cronotopo mapa: Donde se desarrolla un recorrido, se define un rumbo, se marca; el personaje hace su propia geografía. La ciudad es una compleja red de miles de mapas, tantos como transeúntes hay. Los cronotopos mapa se refieren a la distancia y desplazamiento que hay de un lugar a otro; por ejemplo las calles, las avenidas, las direcciones.
Ahora bien, en el contexto de la novela salvadoreña del período de posguerra, el movimiento argumental está atravesado por valores cronotópicos que sitúan al personaje en un tiempo y un espacio concretos y característicos de las sociedades que viven la contradicción entre lo premoderno, lo moderno y lo posmoderno. El tiempo, dinámico y comprimido, está asociado a espacios que comportan distintos momentos vitales de los personajes; momentos que se materializan en acciones caracterizadas por su intensidad. Entre el inicio y el final de la diégesis hay marcas del tiempo en los personajes por tener éste un carácter biográfico.

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